Había una vez dos animalitos que eran muy buenos
amigos. Se llamaban Micifuz y Ratoncito, andaban siempre juntos y lo pasaban
muy bien, aunque sus padres no querían que fueran amigos porque, según cuenta
la leyenda, los gatos y los ratones siempre han sido enemigos y no podían estar
juntos.
Un día paseaban por la calle Micifuz y su padre. De
pronto, unos niños traviesos empezaron a tirarles del rabo y a molestarles con
bromas. Padre e hijo maullaban lastimosamente, pero nadie acudía en su ayuda.
Micifuz logró escaparse y acudió en busca de su amigo Ratoncito
que, en compañía de su padre don Ratón y la familia Ratonil, corrió a salvar al
señor Micifuz.
Desde entonces también son muy amigos los padres de
Micifuz y Ratoncito.
«Los verdaderos amigos siempre deben ayudarse.»
0.999.5 anonimo fabula
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