A un lobo que comía un hueso, se le
atragantó el hueso en la garganta, y corría por todas partes en busca de
auxilio.
Encontró en su correr a una grulla
y le pidió que le salvara de aquella situación, y que enseguida le pagaría por
ello. Aceptó la grulla e introdujo su cabeza en la boca del lobo, sacando de la
garganta el hueso atravesado. Pidió entonces la cancelación de la paga
convenida.
-Oye amiga -dijo el lobo. ¿No crees
que es suficiente paga con haber sacado tu cabeza sana y salva de mi boca?
Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos,
pues mucha paga tendrías si te dejan sano y salvo
1.023.5 Esopo - 000
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