Miraba un lobo a un cordero que
bebía en un arroyo, e imaginó un simple pretexto a fin de devorarlo. Así, aún
estando él más arriba en el curso del arroyo, le acusó de enturbiarle el agua,
impidiéndole beber. Y le respondió el cordero:
-Pero si sólo bebo con la punta de
los labios, y además estoy más abajo y por eso no te puedo enturbiar el agua
que tienes allá arriba.
Viéndose el lobo burlado, insistió:
-El año pasado injuriaste a mis
padres.
-¡Pero en ese entonces ni siquiera
había nacido yo! -contestó el cordero.
Dijo entonces el lobo:
-Ya veo que te justificas muy bien,
mas no por eso te dejaré ir, y siempre serás mi cena.
Para quien hacer el mal es su profesión, de nada valen argumentos para no hacerlo.
No te acerques nunca donde los malvados
1.023.5 Esopo - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario