Una corneja que ofrecía en
sacrificio una víctima a Atenea invitó a un perro al banquete.
Le dijo el perro:
-¿Por qué dilapidas tus bienes en
inútiles sacrificios? Pues deberías de saber que la diosa te desprecia hasta el
punto de quitar todo crédito a tus presagios.
Entonces replicó la corneja:
-Es por eso que le hago estos
sacrificios, porque sé muy bien su indis-posición conmigo y deseo su
reconciliación.
Si deseas que los más alejados te escuchen, debes
llamarlos con mayor intensidad.
1.023.5 Esopo - 000
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