Pulpo se cansó de andar por el mar y quiso explorar la
tierra. Con una mochila nadó hacia la playa y, poco a poco, salió del agua.
Al principio notó que no podía respirar bien. Sin
embargo, pronto se acostumbró. El sol calentaba mucho y él avanzaba sobre la tierra
con gran lentitud. Horas después estaba desfallecido.
-¡Uf! Tengo que encontrar enseguida algo que comer
para reponer fuerzas.
Tras mucho buscar por los alrededores, lo único que
encontró fueron unas hierbas ásperas y muy malas que eran incomestibles.
Su cansancio y hambre le agotaban. Pronto perdió el
sentido y cayó a tierra.
Despertó al notar el frescor del agua salada. ¿Cómo
había vuelto al mar? Pulpo comprendió que alguien lo había llevado hasta allí.
Un pulpo debe vivir en el mar y nadie puede pretender salirse de su medio
natural y del estilo de vida para el cual ha sido creado.
«Cada uno en su ambiente.»
0.999.5 anonimo fabula
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