Se hallaba hambriento un lobo, y
vagaba en busca de su comida. Llegó a una choza y oyó a un niño que lloraba y a
su nana que le decía:
-No llores, mi niño, porque te
llevo donde el lobo.
Creyendo el lobo aquellas palabras,
se quedo esperando por mucho tiempo. Y llegada la noche, la nana, cuando
arrullaba al niño le cantaba:
-Si viene el lobo, lo mataremos.
Al oír el lobo las nuevas palabras,
siguió su camino meditando:
-En esta casa dicen primero una
cosa, y después quieren hacer otra muy diferente.
Más importante que las palabras, son los actos de amor
verdadero
1.023.5 Esopo - 000
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