Un jilguero encerrado en una jaula
colgada en una ventana cantaba de noche. Oyó un murciélago desde lejos su voz,
y acercándosele, le preguntó por qué cantaba sólo de noche.
-No es sin razón -repuso, porque de
día cantaba cuando me atraparon, pero desde entonces aprendí a ser prudente.
-¡Pues no es ahora cuando debías
serlo, pues ya estás bien enjaulado, sino debió haber sido antes de que te
capturaran! -replicó el murciélago.
La prudencia es para vivirla antes de caer en el error, no
para después de la desgracia
1.023.5 Esopo - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario