Una simpática liebre asoma la nariz desde su refugio
invernal. Todo está cubierto de nieve. Un manto blanco, impecable y frío cubre
las copas de los árboles, las ramas y el suelo. Una ardilla también saca la
nariz del hueco del árbol donde pasa el invierno.
-iUhhhhh, qué frío! -exclaman tiritando.
No obstante, deciden hacer un muñeco de nieve pare
entrar en calor.
Cuando han terminado, la ardilla invita a su amiga a
entrar en su casa y allí comen unas deliciosas y calentitas castañas asadas. El
muñeco se queda solo fuera alegrando el paisaje.
«El que no se conforma con lo que tiene es porque no quiere.»
0.999.5 anonimo fabula
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