Un perro de esos acostumbrados a
comer huevos, al ver una almeja, no lo pensó dos veces, y creyendo que se
trataba de un huevo, se la tragó inmediatamente. Desgarradas luego sus
entrañas, se sintió muy mal y se dijo:
-Bien merecido lo tengo, por creer
que todo lo que veo redondo son huevos.
Nunca tomes un asunto sin antes reflexionar, para no
entrar luego en extrañas dificultades.
1.023.5 Esopo - 000
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