Vagaba cierto día un lobo por
lugares solitarios, a la hora en que el sol se ponía en el horizonte. Y viendo
su sombra bellamente alargada exclamó:
-¿Cómo me va a asustar el león con
semejante talla que tengo? ¡Con treinta metros de largo, bien fácil me será
convertirme en rey de los animales!
Y mientras soñaba con su orgullo,
un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo. Entonces el lobo,
cambiando de opinión se dijo:
-La presunción es causa de mi
desgracia.
Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las
ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás
1.023.5 Esopo - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario