Dormía plácidamente un perro en el
portal de una casa.
Un lobo se abalanzó sobre él,
dispuesto a darse un banquete, cuando en eso el perro le rogó que no lo
sacrificara todavía.
-Mírame, ahora estoy en los huesos
-le dijo; espera un poco de tiempo, ya que mis amos pronto van a celebrar sus
bodas y como yo también me daré mis buenos atracones, me engordaré y de seguro
seré un mucho mejor manjar para tu gusto.
Le creyó el lobo y se marchó. Al
cabo de algún tiempo volvió. Pero esta vez encontró al perro durmiendo en una
pieza elevada de la casa. Se
detuvo al frente y le recordó al perro lo que habían convenido. Entonces el
perro repuso:
-¡Ah lobo, si otro día de nuevo me
ves dormir en el portal de la casa, no te preocupes por esperar las bodas!
Si una acción te lleva a caer en un peligro, y luego te
logras salvar de él, recuerda cual fue esa acción y evita repetirla para no
volver a ser su víctima
1.023.5 Esopo - 000
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