Una Mujer Rica que volvía del extranjero
desembarcó al pie de la
Calle Hundi da Hasta las Rodillas, y estaba por caminar hasta
su hotel a través del barro.
-Señora -dijo un Policía, no puedo
permitir que haga eso; se embarrará los zapatos y las medias.
-¡Oh, no tiene importancia, realmente!
-replicó la Mujer Rica ,
con encantadora sonrisa.
-Pero, señora, es innecesario; desde el
desembarcadero hasta el hotel, como usted podrá observar, se extiende una línea
ininterrumpida de periodistas postrados que imploran el honor de que usted
camine sobre ellos.
-En ese caso -dijo ella, sentándose en un
umbral y abriendo su bolso- tendré que ponerme mis galochas.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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