Doña Abeja y doña Hormiga eran muy amigas. En cierta ocasión,
doña Abeja salió de viaje y dejó las llaves de su casa a su amiga. A los pocos
días, doña Hormiga tuvo la tentación de entrar y darse un atracón de miel, pero
en el último momento se contuvo, pues reflexionó.
«Hacer eso sería un abuso de confianza, algo indigno
de nuestra amistad», se dijo.
Meses después doña Hormiga se fue de viaje y dejó las
llaves de la casa a su amiga.
Al día siguiente doña Abeja, sin dudarlo ni un
instante, entró en casa de doña Hormiga, dispuesta a comerse lo que hubiera en
la despensa:
«¡Bah! Estoy segura de que ella también entró en la
mía y se comió parte de mi miel».
¿Cuál de las dos era en realidad una verdadera amiga?
«Nunca desconfíes de los buenos amigos.»
0.999.5 anonimo fabula,
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