Ardillita y Ardillina se disponían a salir de casa
para ir a una fiesta, pero apareció el doctor Sapo y, preocupado, les dijo:
-Vuestra madre está enferma y necesita que la ayudéis.
¿Lo vais a hacer?
-¡Naturalmente! -dijeron las dos.
Ambas sintieron un poco de pena, pues reían que iban a
quedarse sin la fiesta, pero trabajaron con mucha voluntad porque eran muy buenas
hijas. Prepararon la comida para su madre e hicieron todas las faenas.
Al día siguiente, el doctor encontró a la madre de
Ardillita y Ardillina mucho mejor, pues había descansado mucho gracias a sus
hijas. Casi se había curado del todo y quería levantarse de la cama. El doctor
Sapo las invitó a ir al circo por la tarde.
«Si te necesitan tus padres deja las fiestas aparte.»
0.999.5 anonimo fabula,
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