Cangurín era el cocinero de un barco que daba la
vuelta al mundo. A todos les gusaban sus guisos, pero su verdadera especialidad
eran las natillas.
Al cruzar el ecuador, el capitán le pidió sus famosas
natillas. Cuando estaba a punto de servirlas vio una ballena cerca del barco.
La ballena lé pidió comida para su cría y Cangurín le dio todas las natillas.
Cuando Cangurín dijo al capitán por qué no había
natillas, mandó que lo encerraran en el calabozo. Días después encallaron en
unos arrecifes. Entonces la ballena acudió y con su gran fuerza sacó el barco
de los arrecifes.
Cuando el capitán lo supo, sacó a Cangurín del
calabozo y le concedió la medalla al mérito culinario.
«Las buenas obras siempre tienen su recompensa.»
0.999.5 anonimo fabula,
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