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sábado, 21 de septiembre de 2013

El bañista

Pimpón se pasaba los días enteros tomando el sol y dándose chapuzones. Sus familiares decían que era un vago porque nunca trabajaba, pero eso no le preocupaba nada en absoluto.
Un día, mientras tomaba el sol tumbado en su hamaca, vio que una pequeña embarcación se estaba hundiendo cerca de la orilla. Sin vacilar se lanzó al agua y salvó de perecer ahogados a un osito y a un castor que estaban dando un paseo en barco.
Desde ese día, Pimpón fue nombrado vígilante de la costa y ya nadie pudo llamarle vago nunca más.

«Siempre que sea posible hay que trabajar en algo que os guste de verdad.»

0.999.5 anonimo fabula, 


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