En un corral vivían juntos un burro, un buey y un
cordero. Por la mañana salían los tres a trabajar y por la tarde descansaban en
el corral. A los tres les gustaban los juegos de azar, de modo que pasaban las
tardes jugando a las cartas o a los dados. El que ganaba dormía en el mejor
establo.
El burro era muy tramposo, así que siempre le tocaba a
él dormir mejor. Los otros dos sospecharon que les engañaba. Para asegurarse,
pintaron una cruz en todas las cartas. Cuando el burro volvió a ganar, le
dijeron:
-Enséñanos tus cartas.
De nada le sirvió negarse. Cuando enseñó las cartas,
se vio que ninguna de ellas tenía una cruz. O sea, ¡que se las había sacado de
la manga! Sus amigos comprobaron que el burro les había engañado. Desde
entonces, los tres se turnaban para disfrutar del mejor establo y ya no jugaron
más a las cartas.
«Antes se coge al tramposo que al cojo.»
0.999.5 anonimo fabula,
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