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sábado, 21 de septiembre de 2013

El alce vengativo

Nicolás era muy cuidadoso con todo lo suyo. Sin embargo, curiosamente, las cosas de los demás no le merecían ningún respeto. Sus amigos dejaron de prestarle sus juguetes y Nicolás, enfurecido, una tarde que se aburría los rompió todos.
Don Lobo, el guardián del bosque, recibió varias denuncias y, sin dudarlo, metió a Nicolás en la cárcel. Allí se dio cuenta de que no se pueden hacer ciertas cosas. Al salir de prisión, lo primero que hizo fue pedir perdón a todos sus amigos.

«Nunca es tarde si la dicha es buena.»

0.999.5 anonimo fabula, 

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