Doña Cigüeña era una experta tejedora y se había
comprometido a tejer una alfombra de grandes dimensiones.
-Creo que en diez años podré terminarla -dijo a sus
amigas.
Pasaron más de nueve años casi sin darse cuenta, y
decidió ponerse a trabajar sin parar y con mucha prisa, deseosa de terminar
cuanto antes, pues quería ver su obra acabada.
¡Ay! Casi al final se hizo un lío con los hilos, éstos
se enredaron, cayeron al suelo y, para colmo, un gatito juguetón se encargó de
destrozar la alfombra.
-¡Oh, no...! ¡Casi diez años de trabajo para esto! -se
lamentaba doña Cigüeña.
«Sé constante en tu trabajo, las prisas no son buenas.»
0.999.5 anonimo fabula,
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