Dos avestruces eran muy amigas y se querían mucho. Sin
embargo, siempre estaban discutiendo.
-¡Hoy tenemos que jugar a lo que yo diga! -gritaba
una, enfadada.
-¡De eso, nada! Yo soy más lista que tú y por eso
quiero que juguemos a este juego que te voy a enseñar! -respondía la otra.
Estas disputas eran diarias. Al final, las dos volvían
a casa muy enfadadas sin haber jugado a nada.
Al día siguiente se amigaban pero sólo para volver a
discutir.
Por fin, una de ellas tuvo una idea.
-Mira, es mejor que hablemos seriamente, a ver si
llegamos a un acuerdo.
Ambas comprendieron que la única forma de arreglar la
situación era jugar un día a lo que quería una, y al día siguiente a lo que
quería la otra.
Pusieron en práctica esa idea y nunca más volvieron a
pelearse por asuntos de juego.
«Si uno no quiere, dos no pelean.»
0.999.5 anonimo fabula,
No hay comentarios:
Publicar un comentario