Un buey y un caballo llevaban carga de un pueblo a
otro. El buey estaba enfermo, por lo que llevaba menos peso que el caballo. Cuando
se curó no dijo nada y permitió que su amigo siguiera cargando más que él.
-¡Uf! -exclamó el caballo. No podré llegar con tanto
peso. Diré al buey que me ayude, solo será imposible.
Así lo hizo, pidió ayuda al buey; sin embargo éste le
respondió quejoso:
-Con gusto te ayudaría, pero hoy me encuentro peor que
nunca.
-Basta con que me cojas un saco, amigo -le suplicó el
caballo.
-No, lo siento -contestó el buey.
Reanudaron el camino y, en plena cuesta, el caballo se
desplomó en el suelo, agotado, y se murió. Entonces, el buey tuvo que llevar
todos los sacos de trigo además de arrastrar al caballo hasta la cuadra.
«Siempre hay que trabajar.»
0.999.5 anonimo fabula,
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