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viernes, 1 de noviembre de 2013

El pececito de colores

Nadando, nadando, un pez de colores descubrió un pulpo que estaba aprisionado bajo una piedra. El pececillo se dispuso a acudir en su ayuda, pero la advertencia del pulpo le detuvo en seco:
-¡No te acerques a mí, pececito de colores! ¡Si tocas la arena que me rodea perderás tus bellos colores! -le avisó con voz lastimera, resignado a su suerte.
-Poco me importan estos colores que ahora tengo -contestó. Tú necesitas ayuda.
Y así lo hizo. Tras un rato de trabajo logró liberar al pulpo. En su esfuerzo se había manchado de arena y sobre sus escamas quedaba un tinte marrón oscuro como recuerdo de sus hermosos colores.
El pececito fue admirado en todo el océano por su bondad. Aunque sus escamas ya no tenían la belleza de antes, todos sabían que tenía muy buen corazón.

«Aunque te venga mal, siempre debes ayudar a los demás.»

0.999.5 anonimo fabula 

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