Patín era un presumido que se creía superior a los
demás. Siempre iba impecablemente vestido.
-iPatín, ven con nosotros a jugar al estanque! -le
dijo un día Gansito, muy animado.
-¡Bah, al estanque! Yo soy un pato elegante -contestó
Patín con ese tono orgulloso con que siempre hablaba.
Sus amigos decidieron gastarle una broma. Un día que
estaban en la orilla de un riachuelo, uno de ellos gritó:
-¡Socorro, fuego, hay fuego en el bosque!
Sin pensárselo dos veces, Patín se lanzó de cabeza al
agua. Del golpe se le torció el pico y además quedó todo cubierto de lodo.
Cuando salió parecía un pingajo sucio y sus amigos se rieron de su aspecto.
iCuánto sufrió Patín! Pero aprendió la lección y desde ese día fue el patito
más simpático y modesto del grupo.
«El presumido y orgulloso a veces necesita recibir una lección de
humildad.»
0.999.5 anonimo fabula
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