Mamá Pata tuvo unos preciosos patitos, menos uno que
era feo. Como nadie quería jugar con él tuvo que irse de allí, pues no era
feliz.
Nadó río abajo.
Qué miedo pasó! Una viejecita lo recogió y se lo llevó
a casa para cuidarlo y darle de comer.
Días después el patito tuvo que salir corriendo pues
la viejecita quería hacer con él un guiso. Tras muchas peripecias el patito llegó
a una laguna llena de hermosos cisnes. Iba a escapar, asustado, pero los cisnes
lo acogieron como uno de los suyos y el patito descubrió asombrado que él
también era un cisne.
«El feo no debe asustarse; el tiempo lo arregla todo.»
0.999.5 anonimo fabula
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