Cerca de un gorrión, un oso pescaba en el río.
-No creerás que vas a pescar más peces que yo, infeliz
gorrión -decía el oso.
El gorrión no decía nada y seguía pescando, como si
aquel oso no estuviese a su lado desanimándole.
El oso intentó asustarle y, de tanto gesticular, quedó
enredado en el hilo de su propia caña. Tuvo que pedir ayuda al gorrión, que le
libró del hilo.
El gorrión, después, pescó un pez enorme que fue la
envidia del oso.
«El orgullo puede cegarnos y hacernos cometer errores absurdos.»
0.999.5 anonimo fabula
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