Una planta, que crecía orgullosa
levantando al cielo su penacho de tiernas hojas, apenas soportaba junto a ella
la presencia de un palo derecho, seco y viejo.
-Palo, te tengo demasiado cerca.
¿No podrías irte un poco más allá?
El palo, fingiendo no escucharla,
no le respondió.
Entonces la planta se dirigió al
seto de zarzas que la rodeaba.
-Seto, ¿no podrías marcharte a
cualquier otro sitio? Me molestas.
El seto, fingiendo no escucharla,
no le respondió.
-Bella planta -le dijo entonces un
lagarto, levantando la cabecita y mirándola de abajo arriba, ¿pero no ves que
el palo te hace estar derecha? ¿No recuerdas que el seto te defiende de las
malas compañías?
Debemos ser prontos en demostrar nuestro agradecimiento por la ayuda
que se nos presta, porque es flaco consuelo reconocer los méritos y servicios
cuando faltan de nuestro lado quienes nos auxiliaron.
(de Fábulas, Fo. III. 47 v.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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