Un torrente, olvidando deber su
agua a la lluvia y a los arroyos, pensó hincharse para volverse grande como un
río.
Comenzó entonces a lanzar sus ondas
impetuosas contra la orilla, arrancando con avidez tierra y piedras para
ensanchar su lecho.
Pero cuando de pronto volvió el
sol, el pobre torrente se encontró prisionero de todas las piedras que había
quitado a la orilla, y con mucha fatiga debió hacerse un nuevo camino para
descender al valle.
El tema de la ambición incontrolada e irreflexiva se ha repetido en
estas fábulas. Sin duda obedece a que su presencia en el mundo es también
reiterada.
(de Fábulas, 1r. 42 v.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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