El pedernal, un día, al sentirse
golpeado por el eslabón, se revolvió sorprendido e indignado, diciéndole:
-Pero, ¿te has vuelto loco? Tú me
has tomado por otro, porque yo no te conozco. ¡Así que déjame en paz, porque yo
nunca he hecho daño a nadie!
El eslabón lo miró y contestó sonriendo:
-Si tienes un poco de paciencia,
verás qué fruto maravilloso haré brotar de ti.
Con estas palabras la piedra se
calmó y con mucha paciencia soportó el martirio que el eslabón le infligía con
sus percusiones. Hasta que, de improviso, partió de él el fuego maravilloso
que, con sus virtudes, obraba extraordinarios prodigios.
Esta fábula va dirigida a los que
empiezan a estudiar y temen al estímulo que los exhorta a continuar. Porque si
continuasen con paciencia sus estudios, verían nacer de ellos cosas
maravillosas.
(de Fábulas, Atl. 257 r. b.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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