En un jardín rodeado por un alto
muro, vivían juntos muchos árboles frutales. Cada uno, en primavera, se vestía
de flores, y por lo tanto, en el verano, se cargaba de frutos. Entre aquellos
árboles había un nogal.
-¿Por qué debo quedarme escondido
en este jardín? -dijo un día el nogal. Yo quiero prolongar mis ramas hasta el
fin del camino para que todos vean la riqueza de mis frutos.
Así, poco a poco, hizo asomar sus
ramas más bellas por fuera del muro, para que todos las vieran.
Pero cuando sus ramas se cargaron
de frutos, los que pasaban empezaron a cogerlos; y adonde no llegaban con las
manos, llegaban con las estacas, y cuando no lo lograban con las estacas, les
tiraban piedras.
En poco tiempo el nogal, apaleado y
apedreado, perdió frutos y hojas, quedando colgantes fuera del muro sus brazos
mutilados.
Por querer exhibir públicamente las propias riquezas y suscitar la
envidia, muchos han perdido todo su bienestar, maltrechos y expoliados por
gentes sin escrúpulo.
(de Fábulas, Atl. 76 r. a.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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