El campesino me quiere mucho -pensó
la vid cuando el villano la apuntaló con varios palos y con otros puntales
afianzó sus ramas. Será preciso que le recompense con mis racimos.
Y la vid trabajó con tesón y
produjo mucha uva.
Pero, después de la vendimia, el
campesino le quitó de golpe todos los palos y puntales, amontonándolos en un
rincón. Al encontrarse ya sin ningún apoyo, la pobre vid se desplomó.
El campesino, indiferente, hizo
pedazos la planta con el hacha, los llevó a su casa y los echó al fuego.
Hay que cumplir tenaz y lealmente las obligaciones, pero jamás olvidar
el derecho a la propia seguridad y supervivencia.
(de Fábulas, H. 112 v.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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