Sobre la verde ribera del río
Ticino había crecido un bello lirio. Alta y erguida sobre su tallo, la flor
reflejaba sus blancos pétalos en el agua y el agua quiso apoderarse de ella.
Cada onda que pasaba se llevaba
consigo la imagen de aquella blanca corola, y transmitía su deseo a las ondas
que aún no habían llegado a verla.
Así todo el río empezó a agitarse,
volviéndose el cabrilleo inquieto y veloz; y no pudiendo coger el lirio, tan
bien plantado y alto sobre su tallo robusto, se lanzaron furiosas las ondas
contra la orilla, hasta que la riada arrasó toda la ribera, y también el lirio
puro y solitario.
La pasión desatada es una fuerza difícilmente dominable que muy a
menudo arrastra hasta un final desdichado al apasionado inconti-nente y al
objeto inocente del afecto o desafecto desmedidos.
(de Fábulas, H. 44 r.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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