Una araña, escondida en un lugar
frecuentado por las moscas, se puso inmediatamente al trabajo de tender su red.
Eligió dos ramas como puntos de apoyo, comenzando pronto a recorrer el camino
entre una y otra, trenzando su hilo de plata para hacer una tupida telaraña.
Terminado el trabajo se fue a esconder detrás de una hoja.
La espera fue breve. Una mosca
curiosa quedó inmediatamente atrapada en la red. La araña se acercó y se la
comió.
Pero un abejorro que desde la
corola de una flor lo había visto todo, se lanzó volando contra la araña y la
atravesó con su aguijón.
El fuerte, muchas veces, no deja suelto ningún cabo en su afán de
atrapar al débil, pero descuida su defensa frente a otros más poderosos para
los que él es también presa codiciada.
(de Fábulas, Atl. 67 v. b.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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