El sauce es un árbol que crece
pronto y mucho. Sus brotes aumentan de tamaño a simple vista y superan
fácilmente los de todas las plantas.
Un día, para estar acompañado, el
sauce se quiso casar con la vid.
-¡Qué tontería! -le dijo un
compañero. Los sauces hemos nacido para crecer y superar a las otras plantas.
¿Qué harás tú con una vid a tu lado?
Pero el casamiento se celebró de
todos modos. El sauce se unió con la vid, o más bien aceptó que la vid apoyase
sus ramas en su tronco.
Pero la vid producía muchos racimos
de uva, mientras que el sauce no daba frutos. Por eso el campesino, cuando vio
un día a la vid abrazada al sauce, y no queriendo que el sauce, tirando de ella
hacia lo alto, la arrancase del suelo, decidió podar a entrambos.
Así, año tras año, los brotes
soberbios del sauce van siendo cortados por el campesino, y el sauce, tullido y
mutilado, sólo sirve para sostener los racimos de su afortunada compañera.
La elección de los amigos y compañeros ha de ser sabia y medida. Las
diferencias excesivas pueden terminar, por falta de ejercicio, con la pérdida
de las facultades del mejor dotado, que así se convierte en simple muleta del
menos afortunado.
(de Fábulas, Ar. 42 v.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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