Una araña, después de haber
observado durante muchos días los movimientos de los insectos, se percató de
que las moscas acudían especialmente a un racimo de uva de granos gruesos y
dulcísimos.
-Ya comprendo -se dijo.
Y subiéndose a lo alto de la vid,
con un hilo finísimo se descolgó, desde allá arriba, hacia el racimo, y se
instaló en una celdilla oculta entre las uvas.
Desde aquel escondite comenzó a
asaltar, como un ladrón, a las pobres moscas que buscaban su comida; y mató a
muchas, porque ninguna sospechaba su presencia.
Pero mientras tanto vino el tiempo
de la vendimia.
El campesino llegó al viñedo,
también recolectó aquel racimo y lo arrojó en el lagar, donde fue pronto pisado
con los otros.
Así, la uva fue el fatal anzuelo
para la araña traicionera, que murió
junto a las moscas traicionadas.
(de Fábulas, Atl. 67 v.b.)
1.082.5 Da vinci (Leonardo) - 012
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