C¡garra se alejaba demasiado de su casa. Su madre le
advertía continua-mente:
-Anda con cuidado y, sobre todo, procura no alejarte
mucho de casa.
Cigarra, sin hacer caso, se alejó una tarde de los
lugares conocidos. Le sorprendió la noche y sintió miedo. Tenía hambre y frío.
A tientas, Cigarra empezó a volver sobre sus pasos. Tuvo que esconderse de un
sinfín de animales que pretendían comérsela. ¡Qué miedo pasó! Cuando llegó a
casa, ya había amanecido. Cubierta de barro y aterida de frío, se presentó ante
su madre, que estaba muy intranquila. Cigarra le contó todo.
Su madre, conmovida, le preparó un desayuno riquísimo
y Cigarra, ya limpia y con el estómago lleno, pudo dormir tranquilamente tras
prometer a su madre que seguiría sus consejos.
«Dejaos guiar por la experiencia de vuestros padres y profesores; es la
mejor maestra en la vida.»
0.999.5 anonimo fabula
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