Don Cuervo descansaba sobre una rama sosteniendo en su
pico un queso, que pensaba comer tranquilo para cenar.
Entre tanto, don Zorro estaba al pie del árbol
pensando en la forma de quitarle el queso a don Cuervo, pues tenía hambre.
-¡Oh, don Cuervo! ¡Cuánto tiempo hace que no le oigo
cantar! ¿Qué le pasa? ¿Es que ya no tiene su hermosa voz de antes?
Don Cuervo, guiado por su vanidad, abrió el pico para
cantar.
En ese momento el queso se le escapó y cayó al suelo.
Don Zorro se apoderó de tan rico manjar mientras decía:
-Esto le pasa por creer las palabras de los que le
halagan.
«Creer siempre en los halagos a veces da malos resultados.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario