Había una vez una abeja que no quería trabajar, pues
sólo pensaba en divertirse. Se comía el jugo de las flores en vez de
conservarlo para hacer miel.
Como la abeja holgazana no quería trabajar, todas las
abejas se reunieron y decidieron expulsarla de la colmena. Ese día llovía y,
como se le mojaron las alas con las gotas de agua, no podía volar ni apenas
moverse.
Cayó en el hueco de un árbol donde había una gran
culebra. Esta se dispuso a comérsela, pero la abeja le propuso un juego de habilidad.
Si ella ganaba, podría marcharse libre. La culebra aceptó y la abeja ganó el
juego sin problemas. Su rival admitió la derrota y la dejó marchar.
Después de la experiencia, reflexionó y se dio cuenta
de que estaba equivocada. Regresó a la colmena, dispuesta a trabajar como sus
compañeras.
«Si no quieres trabajar lo pasarás mal.»
0.999.5 anonimo fabula
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