La familia de los topos vivía bajo tierra en su oscura
madriguera donde no penetraba la luz del sol. Allí se encontraban a salvo de enemigos.
Pero el hijo mayor deseaba ver el campo de luz.
-No lo hagas -dijo su padre. Tus ojos no están
preparados para la luz. Si sales, te quedarás ciego.
El joven topo no se dio por vencido. Se fabricó unas
gafas con gruesos cristales ahumados para aguantar la luminosidad y salió a la
superficie dispuesto a explorar el mundo. Sin embargo, todo lo vio tan oscuro
que echó de menos el mundo subterráneo en el que vivía. Triste, volvió a su
madriguera.
-¡Bah! No merece la pena subir allá -exclamó
resignado. ¡Es todo tan lúgubre! C
Así aprendió que cada uno ha de vivir en el espacio
que la vida le ha asignado.
«Procura ser feliz con lo que tienes.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario