Presumes de tu rapidez, pero olvidas que la constancia
es más importante. Yo la tengo; tú, en cambio, no puedes decir lo mismo
-aseguró doña Tortuga ya más tranquila.
-Bueno, bueno, ya veremos quién gana
-dijo Rayo en tono desafiante.
Se dio la salida y Rayo partió como un meteoro.
Imperturbable, doña Tortuga empezó a caminar. Rayo perdió de vista a su contrincante
y, aburrida, se dijo:
«¡Bah! Llegaré demasiado pronto, me tomaré la carrera
con calma».
En ese momento pasaba junto a un campo de zanahorias.
Animada con el espectáculo, Rayo cogió una y se puso a comer. Como no veía
venir a la tortuga decidió echarse una siestecita.
«Sé constante en tus actividades y no pierdas oportunidades.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario