A bubilla alegraba el bosque con sus trinos. Todos los
animales la querían. Pero un día Abubilla se quedó sin voz. Probó todos los
remedios que le ofrecieron para que la recuperara, pero fue en vano. Además
empeoraba de día en día.
Hasta que una mañana llegó don Ciervo, que era un gran
mago y curandero.
-No es nada serio, Abubilla. Simplemente has estado
cantando mucho tiempo y has forzado la voz. Bastará con que te tomes este
jarabe.
Abubilla siguió el consejo de don Ciervo y a los pocos
días de nuevo pudo cantar.
«Sigue los consejos de tus mayores, siempre los agradecerás.»
0.999.5 anonimo fabula
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