La ballena es el animal más grande del planeta y, por
joven que sea, como en el caso de Ballenita, puede causar serios disgustos
entre las personas.
El caso es que a Ballenita le gustaba mucho saltar y
jugar cerca de la costa. Le encantaba divertirse, pero los demás animales marinos
se burlaban de ella, así que Ballenita casi siempre jugaba sola.
Lo que más le divertía era dar grandes saltos, pero
con sus brincos acuáticos causaba grandes problemas a los pescadores. Las olas
que levantaba habían hecho zozobrar a más de una barca de pesca.
-Ballenita, mucho me alegra que te sientas tan feliz y
juguetona, pero haces que se hundan las barcas de los pescadores -le dijo el
simpático Delfín.
-iCuánto lo siento, amigo Delfín! -exclamó Ballenita
sinceramente arrepen-tida. Dime, ¿qué puedo hacer para remediar el mal que he
ocasionado?
-Bastará con que juegues y saltes mar adentro, lejos
de la costa y de las personas -le aconsejó Delfín.
Ballenita, deseosa de no hacer daño a los demás, se
adentró en el mar y desde ese día terminaron las desgracias de los pescadores.
Ballenita pudo seguir alegrando a su manera las soledades marinas.
«Escucha los consejos de tus amigos, así no tendrás enemigos.»
0.999.5 anonimo fabula
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