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lunes, 4 de noviembre de 2013

El travieso guepardo

Tahir siempre que jugaba se ensuciaba la ropa; la verdad es que era muy descuidado y travieso.
Harta de tanto lavar y planchar, su madre decidió poner fin a aquella situación y darle ropa limpia una sola vez al día.
Con esta nueva actitud de su madre, Tahir continuó siendo igual de descuidado, solo que ahora iba más sucio que antes. A él le daba lo mismo, pero cuando vio que no le dejaban entrar en muchos sitios por culpa de lo sucio que iba, puso más cuidado en no mancharse y al final logró ser un guepardo limpio y cuidadoso.

«A ser limpio te acostumbrarás; si eres sucio, te lamentarás.»

0.999.5 anonimo fabula 

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