Tahir siempre que jugaba se ensuciaba la ropa; la
verdad es que era muy descuidado y travieso.
Harta de tanto lavar y planchar, su madre decidió
poner fin a aquella situación y darle ropa limpia una sola vez al día.
Con esta nueva actitud de su madre, Tahir continuó
siendo igual de descuidado, solo que ahora iba más sucio que antes. A él le
daba lo mismo, pero cuando vio que no le dejaban entrar en muchos sitios por
culpa de lo sucio que iba, puso más cuidado en no mancharse y al final logró
ser un guepardo limpio y cuidadoso.
«A ser limpio te acostumbrarás; si eres sucio, te lamentarás.»
0.999.5 anonimo fabula
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