El padre de Goliat era el elefante más poderoso y
esperaba que su hijo fuese como él. ¡Pero Goliat sólo alzaba un palmo del
suelo!
Goliat crecía muy lentamente y toda la manada le
despreciaba. El estaba muy contento de ser así y no le preocupaba la opinión de
los demás.
Un día que su padre conducía la manada al río apareció
ante él el más terrible enemigo del elefante: ¡un ratón! Toda la manada huyó.
Sólo Goliat permaneció en su sitio y se enfrentó a él.
Lo cogió por el rabo con su pequeña trompa y lo balanceó sobre el borde de un
barranco.
Después soltó a su enemigo, que, aterrado, huyó
rápidamente. Desde entonces, fue considerado un héroe por la manada, y su padre
estaba muy orgulloso de él.
«A nadie se debe despreciar por su aspecto.»
0.999.5 anonimo fabula
No hay comentarios:
Publicar un comentario