Había un tigre que se pasaba todo el día haciendo
garabatos aquí y allá. Lo malo es que en el colegio, mientras su profesor
explicaba la lección, él no se interesaba por otra cosa que no fuera el dibujo.
Enseguida llegaron las malas notas y el enfado del profesor, quien habló con
los padres sobre lo poco estudioso que era.
-Sé que te gusta dibujar, pero lo primero es que
apruebes el curso. Si lo haces, podrás ir a una academia de dibujo -dijo papá
Tigre, sin enfadarse con su hijo.
Éste comprendió que debía obedecer a sus padres en
todo lo que le dijesen.
Por supuesto, el tigre dibujante aprobó y su padre
cumplió la promesa.
Cuentan que nuestro tigre se ha convertido en un
pintor muy famoso.
«Siempre hay que obedecer a los padres.»
0.999.5 anonimo fabula
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