Pasando
por un pueblo
de
la montaña
dos
caballeros mozos
buscan
posada...
De
dos vecinos
reciben
mil ofertas
los
dos amigos.
Porque
a ninguna quieren
hacer
desaire,
en
casa de uno y otro
van
a hospedarse.
De
ambas mansiones
cada
huésped la suya
a
gusto escoge.
La
que el uno prefiere,
tiene
un gran patio,
con
su gran frontispicio
como
un palacio.
Sobre
la puerta
su
escudo de armas tiene
hecho
de piedra.
La
del otro, a la vista,
no
era tan grande:
mas
dentro no faltaba
donde
alojarse;
como
que había
piezas
de muy buen temple,
claras
y limpias.
Pero
el otro palacio
del
frontispicio
era,
además de estrecho,
oscuro
y frío;
mucha
portada:
y
por dentro desvanes
a
teja vana.
El
que allí pasó un día
mal
hospedado,
contaba
al compañero
el
fuerte chasco;
pero
él te dijo:
«Otros
chascos como ese
dan
muchos libros.»
Las
portadas ostentosas de los libros engañan mucho.
Iriarte (Tomas de) - 043
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