En
la orilla del Tajo
hablaba
con la rana el renacuajo,
alabando
las hojas, la espesura
de
un gran cañaveral y su verdura.
Mas
luego que del viento
el
ímpetu violento
una
caña abatió, que cayó al río,
en
tono de lección dijo la rana:
«Ven
a verla, hijo mío:
por
de fuera muy tersa, muy lozana;
por
dentro, todo fofa, toda vana.»
Si
la rana entendiera poesía,
también
de muchos versos lo diría.
¡Qué
despreciable es la poesía de mucha hojarasca!
Iriarte (Tomas de) - 043
No hay comentarios:
Publicar un comentario