En
cierta ocasión, un cuero
lleno
de aceite llevaba
un
borrico que ayudaba
en
su oficio a un aceitero.
A
paso un poco ligero
de
noche en su cuadra entraba,
y
de una puerta en la aldaba
se
dio el porrazo más fiero.
¡Ay!
Clamó. ¿No es cosa dura
que
tanto aceite acarree,
y
tenga la cuadra oscura?
Me
temo que se mosquee
de
este cuento quien procura
juntar
libros que no lee.
¿Se
mosquea? Bien está.
Pero
este tal ¿por ventura
mis
fábulas leerá?
A
los que juntan muchos libros y ninguno leen.
Iriarte (Tomas de) - 043
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