Oyendo
un tordo hablar a un papagayo,
quiso
que él, y no el hombre, le enseñara;
y
con sólo un ensayo
creyó
tener pronunciación tan clara,
que
en ciertas ocasiones
a
una marica daba ya lecciones.
Así,
salió tan diestra la marica
como
aquel que al estudio se dedica
por
copias y por malas traducciones.
Conviene
estudiar los autores originales, no los copiantes y malos
traductores.
Iriarte (Tomas de) - 043
No hay comentarios:
Publicar un comentario