Saliendo
del colmenar,
dijo
al cuclillo la abeja:
«Calla,
porque no me deja
tu
ingrata voz trabajar.
No
hay ave tan fastidiosa
en
el cantar como tú:
cucú,
cucú, y más cucú:
y
siempre una misma cosa.»
-«¿Te
cansa mi canto igual?
(El
cuclillo respondió):
pues
a fe que no hallo yo
variedad
en tu panal.
Y
pues que del propio modo
fabricas
uno que ciento
si
yo nada nuevo invento,
en
ti es viejísimo todo.»
A
esto la abeja replica:
«En
obra de utilidad
la
falta de variedad
no
es lo que más perjudica.
Pero
en obra destinada
sólo
al gusto y diversión,
si
no es varia la invención,
todo
lo demás es nada.»
La
variedad es requisito indispensable en las obras de gusto.
Iriarte (Tomas de) - 043
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