«Aunque
las dos picamos (dijo un día
la
víbora a la simple sanguijuela),
de
tu boca reparo que se fía
el
hombre, y de la mía se recela.»
La
chupona responde: «Ya, querida;
mas
no picamos de la misma suerte:
yo,
si pico a un enfermo, le doy vida.
Tú,
picando al más sano, le das muerte.»
Vaya
ahora de paso una advertencia:
muchos
censuran, sí, lector benigno;
pero
a fe que hay bastante diferencia
de
un censor útil a un censor maligno.
No
confundamos la buena crítica con la mala.
Iriarte (Tomas de) - 043
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